A diferencia de otras culturas
mesoamericanas, por ejemplo la Azteca, los Mayas se caracterizaron por
generar una especie de red de ciudades y centros ceremoniales que, al
estar esparcidas, ocupaban una vasta extensión de Tierra. Por está razón
hoy encontramos vestigios de esta lúcida cultura en el territorio que
actualmente corresponde al sur de México, pero también en Guatemala y
Belice.
Apenas en 2010 los arqueólogos
localizaron una pirámide de aproximadamente 15 metros de altura,
incluídos los vestigios de un palacio real en la cima. El hallazgo fue
realizado en un lugar conocido como El Zotz, uno de los múltiples reinos
que formaban parte de la ‘galaxia’ maya y que, a pesar de ser
relativamente pequeño, aparentemente se esmeró por asegurarse un lugar
importante en la historia. Y precisamente en este mismo sitio se acaba
de anunciar un magno descubrimiento. Se trata de un espectacular templo
dedicado al Dios del Sol Nocturno. Las labores fueron encabezadas por el
arqueólogo de la Universidad de Brown, Stephen Houston.
“Es un ejemplo de como el sol se habría
insertado en la propia identidad de los reyes y las dinastías sue les
seguirían” afirmó Houston en un comunicado de prensa. Al igual que en
otras culturas, por ejemplo la egipcia, los mayas divinizaban a sus
soberanos –un recurso que algunos historiadores atribuyen a un complejo
sistema de legitimación de la realeza.